¿Algún día los pezones serán libres?
Escrito el 25 mayo, 2017
Por: Sexnambula
Tapando el pezón. Que no se vea lo marrón
Ni todas las famosas del mundo enseñando ese cachito de carne retorcido marrón oscuro parece que harán posible que algún día los pezones sean libres. De libre visionado al menos.
No importa que la telilla sea incapaz de abarcar tetas que rozan el gigantismo. Lo importante es que ese trozo textil, ese pixelado o ese borrón tape lo marrón.
Tampoco que sea una de las primeras cosas que toca, siente y chupa un ser humano. O demasiado frívola o demasiado sagrada para ser mostrada. El pezón no da tregua a sus portadoras. En parte porque tiene vida propia. En parte porque su vida es controlada, como tantas otras cosas por terceros. Al menos eso es lo que les gustaría a muchos.
Taparlo. Esconderlo.
Hay que taparlo, o esconderlo. Al menos minimizarlo. Da igual que lleves un escote con el que casi se te vean las bragas o su falta. Da igual que cualquier otra parte del pecho bambolee y quiera salirse de las fronteras que le ponen las costuras, las tallas o el buen o mal gusto. Sobre todo que no se vea, ¡por Dios,Superimportante Mari! ¡ Que no se note lo marrón!
“No importa que la telilla sea incapaz de abarcar tetas que rozan el gigantismo. Lo importante es que ese trozo textil, ese pixelado o ese borrón, tape lo marrón.”
Es como cuando entras en un centro comercial en pleno verano. Congelado por el aire acondicionado. Vas rogando a algún Dios de la vergüenza : “por favor…que no se me noten…por favor”. Y si es así: “ Por favor…que no me cruce con nadie de la oficina …por favor”.
Por no decir nada, esto es de lo mejor del asunto, cuando alguien comenta: “esa, va sin sujetador”. Con una inquina parecida a la provocada por el paso de un un asesino violador múltiple de infantes. Sin sujetador…
Por que el cielo es azul. Las abejas fabrican miel.Las lentejas son fuente de hierro.La gente prefiere la Coca-cola a la Pepsi y no hay bebé feo. Grandes verdades de la humanidad. Y el pezón… el pezón que no se note. No vaya a ser que alguien, ofendido por tamaña afrenta, nos envíe las siete plagas. O peor aun, un pedido especial de velos. Una por cada una de las occidentales.