MILITA. LA DIOSA AMIGUITA.
Escrito el 29 agosto, 2015
Por: Sexnambula
Religión de Milita. Practica sexo o habrás pecado
En la antigua Babilonia existió una curiosa tradición en relación al culto a la diosa Milita, equivalente en la cultura mesopotámica de la diosa Griega del amor, Afrodita.
Una ley establecía que una vez en la vida toda mujer acudiría a su templo a sentarse en él. Hasta aquí todo habitual ( la visita obligada al menos una vez en la vida a un templo o lugar sagrado es costumbre en bastantes credos) pero esta diosa pedía a sus fieles un plus. La mujer tenía obligación de practicar sexo con el primer extranjero que por allí entrara.
En el interior del templo esperaban hasta que el viajero desconocido les lanzara una moneda al regazo a la vez que repetía: “ te reclamo en el nombre de Milita”. Eso sí, muy decorosos ellos procedían al coito fuera del templo. No importaba la clase social ni riquezas del forastero o su rango, la mujer debía cumplir con el precepto religioso dictado, le gustara o no el hombre.
Además una vez había acudido al templo, no podía regresar a su casa, hasta haber tenido la relación. No valía volver al día siguiente, no. Debía ser escogida por el forastero; y ella no podía insinuarse. Si esa mujer tenía “la dicha” de ser escogida, el hombre la sacaba del templo, y consumaban el acto. El dinero recaudado iba a las arcas sagradas del templo, como no, y me imagino que alguien detrás de ello se enriquecía. Las mujeres bellas, sin duda, regresaban a sus casas el mismo día, no siendo así con las feas, que en frecuentes ocasiones morían sin ser reclamadas o ni siquiera vistas, pero limpiando el templo y alrededores hasta su muerte.
Y, ¿como se les ocurrión tan perversa costumbre?
Al parecer, tras unos escritos de la época encontrados en Badgad, los sabios de la época habían deducido que la obtención de putas mediante fuerza, coacción y guerras, si bien lograban el objetivo acarreaban múltiples problemas. Además , la “mercancia” (así la llamaban los déspotas), había sufrido múltiples deterioros, y claro no cumplía con las normas de calidad de como debía ser una puta, a la par que las mujeres así forzadas no se comportaban de la manera erótica como cabía esperar.
Así que inventando a una diosa, tenían el negocio de la prostitución asegurado.
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