Primeras citas y bocas de chancla
Escrito el 6 octubre, 2017
Por: Sexnambula
Reglas y reglitas para las primeras citas
Sí. Primeras citas va por lo de “ First dates” de la tele. Una especie de enciclopedia virtual de lo que no debería escaparse, por esas, nuestras boquitas, en un primer contacto.
Porque, programa tras programa, la mayoría de ellas y ellos se pasan por el forro de lo “ rosita” esas reglas que algunos escupitajeamos por las redes como si fueran “verdad-verdadosa”. Todas y cada una de aquellas sentencias “absolutosas” en forma de “decálogos del tipo”: “ 35 cosas que no debes decir en una primera cita ( si no quieres cagarla mucho)”; “Veinticinco temas a no tocar en la primera cena si quieres que haya desayuno”…. y así se me ocurren mil.
Sí que es verdad que la sinceridad mola y que aquellas personas que hacen del postureo vital su modus-vivendi dan por saco mucho. También lo es que hay que ir abierto de mente y no con cuarenta y ocho corazas y un escudo antiminas.
Qué duda cabe que en general, a la mayoría de los humanos no nos gustan los mentirosos ni los fantasmas. Pero claro, de ahí al chorreo de sinceridad y al “mira cari vamos a poner todas las cartas sobre la mesa que si no, igual perdemos el tiempo”.
Pues para ganar tiempo a la tele no vas. Ni a una cita tampoco. Es que ahora parece que si no enseñas el historial médico, la cartilla del banco, la de la seguridad social y el certificado de penales en los primeros diez minutos después de sentarte a cenar…¡estás ocultando algo!.
Sí, me diréis que es un formato televisivo y que tienen que condensar y sustanciar personajes. Lo malo, bajo mi cándido punto de vista es que este fenómeno del destape emocional a velocidad de Formula 1 está bastante extendido. Ocurre dentro y fuera de Mediaset.
“mira cari vamos a poner todas las cartas sobre la mesa que si no, igual perdemos el tiempo”.
Cita-barra-psicotécnica
Es que tenemos tal obsesión por la optimización de nuestros tiempos que a no ser que la candidata-o no pase el test psicotécnico a la primera de cambio, ya descartamos la segunda cita.
Evidentemente. En algunos casos, así en la vida, como en la tele, hay tan poca química que la cita no da ni para sentarse a la mesa. Es que la copa de antes ya se les ha hecho larga.
Y otras veces es tan obvio que no fluye la conversación, que al que le da miedo quedarse callado entra en barrena verbal, y comienza con un metralleo de preguntas a la velocidad de “Saber y Ganar”. Todo muy espontaneo: 1) ¿Y tú, que tipo de música escuchas? Toda. Le responde lacónicamente su cita. Con la mirada más perdida que la Preysler en el Primark. ¿ Toda? A quien le gusta toda la música por el amor de Dios. No ves que la muchacha no tiene ganas de hablar. 2) ¿Y te gusta viajar?. Si………piiiiiiiiiiiiiiiiiii. 3) ¿Y eres del Barcelona o del Madrid? Yo…del Deportivo de la Coruña. ¡ claro! le replica su acompañante ( el de la cita tipo test)…siendo de La Coruña…es normal