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Siete segundos: atracción y señales falsas.

Escrito el 1 marzo, 2016
Por: Sexnambula

Señales falsas. No todo indica sexo.

Segundos . Siete segundos. Aproximadamente. Con solo siete segundos sabes, mejor dicho, tu subconsciente reconoce, si estás interesado en tener algo con alguien o no. ( a veces incluso antes, estarás pensando. Sí, a veces nos sobran cinco…).

Tu cerebro a través de la mirada, procesa e interpreta mucha mas información de lo que puedas imaginar. Por eso, tu mente procesa que, esa “ peazo” de rubiaca que tienes enfrente ( ¡ por fin alguien apetecible entra en el bar!), después de echarte un muy poco discreto y rápido repaso, se ha marchado a buscar su abrigo para salir del local contigo, claro. Bien, esta seria la sucesión normal de hechos si nuestro cerebrito cabroncete, aceptara y procesara sólo señales verdaderas (me refiero a reconocer exclusivamente indicios de seducción fiable, véase; caidita de ojos=polvaco seguro).

segundos

Ya se que no te sorprende, las señales falsas o las flechas mal interpretadas existen ( y vamos a dejar para otro día a todos y todas esas listillas y listillos a lo que les gusta desplegar armas de seducción masiva y luego no rematar. Los encontrarás por todas las rutas de la seducción, igual en el súper que en el gimnasio. Son una etnia con entidad propia. Hablamos de esos que todos conocemos como el “ le gusta gustar” pero tiene el filtro gordico y esta todo el tiempo ejerciendo de seductor-a.).

Otra cosa a propósito de las señales falsas. Uno de los temas favoritos de bar; sobre todo entre las mujeres es ese de: “ los hombres ven señales donde no las hay”. Efectivamente; en muchas ocasiones , donde ves señales, a veces simplemente hay solo un C.C.L. ( complementos circunstanciales de lugar). Veamos algunos ejemplos de señales que no son tal:

El famosisimo cruce de miradas.

segundos! Qué bonito el azar! ¡ Qué bonica “ Serendipity”!. Una miradita y …¡Zasca.! Amor verdadero. En cualquier sitio, en un puesto callejero, al salir de una conferencia, en un museo delante del Jardín de las delicias….que bonito. Bajemos a tierra. Al entrar y salir, al movernos en entornos, especialmente en los que estamos por primera vez, tenemos que situarnos y, cruzamos miradas como lo hacemos en la calle. Es que de lo contrario nos chocaríamos los unos con los otros. No interpretes como señal que su mirada se detenga en la tuya. Espera al menos que lo repita en mas de tres ocasiones y que la mantenga. Si tras un par de minutos no vuelve a mirarte, simplemente pasa a otra cosa, hay mucho por ver.