Tabaco en polvo, sexo y burguesía.
Escrito el 1 febrero, 2017
Por: Sexnambula
Echar un polvo. El origen de la expresión.
Seguro que te lo has preguntado. ¿ Por qué un polvo?. Y ya de paso, ¿ por qué echar?.
Muchos son los que dicen que nace de “ ese polvo del que venimos”. “ Polvo eres, del polvo vienes y, en polvo te convertirás”. Mira que he ido a misa de pequeña. Y mira que he oido la frase miles de veces. Nunca se me pasó por la cabeza. Seguramente porque era tan joven que, en aquella época estaba más preocupada por el lunes que por lo que decían en la misa del Domingo. “Polvo eres y del polvo vienes”. Bueno, feo si me parecía.
A pesar de esta explicación, gran parte de los etimologos prefieren otra versión.
Polvos. Por la nariz
Polvos por la nariz. Y no de coca precisamente. Tabaco en polvo. Eso es lo que esnifaban los hombres pudientes. A partir del Siglo XVIII aspirar rape estaba de moda entre los señores ociosos.
Dado que esta forma de consumir tabaco era bastante ruidosa ( y mocosa) era habitual hacerlo con discreción. Y hacerlo en una habitación apartada.
Si después de un bailecillo o festival en la sala noble de palacio, te apetecían unos polvillos vía nasal, te apartabas discretamente. Con la excusa siempre, de no molestar. Caballerosidad y elegancia ante todo. Claro, era muy posible que de fiesta en fiesta te encontraras con una amante y tuvieras ganas de más intimidad. En medio de todo lo gordo.
Muchas veces, cuando el honorable caballero decidía retirarse a lugares más oscuros para atender a otros órganos ( que no eran ni pulmones ni nariz),alguien preguntaba por el ausente. Siempre había un buen compañero que le cubría. “ Sí, el señor X ha salido. Vendrá enseguida. Está echando un polvo”.